Desde 1911, España libraba una cruenta guerra colonial en el norte de Marruecos. Una guerra mal dirigida y peor atendida desde la metrópoli, porque en 23 años se sucedieron 32 gobiernos y entre 1917 y 1923, hubo nada menos que 15 Ministros de la Guerra. Valga el siguiente dato para ejemplificar ese pertinaz desgobierno que tanto complace a los españoles: en 1918, el general Berenguer fue nombrado Alto Comisario en Marruecos tras haber sido Ministro de la Guerra durante 20 días; entre el 2 de febrero y el 15 de diciembre de ese mismo año, tuvo que rendir cuentas a cuatro Ministros de la Guerra distintos.
Por otro lado estaba el profundo descontento popular ocasionado por el injusto sistema de quintas, por el que, en la práctica, solo los hijos de los pobres servían en el ejército de reemplazo.
Su origen está en la Constitución promulgada en 1812 por las Cortes de Cádiz, “La Pepa”, que estableció por primera vez en España, el servicio militar obligatorio para los varones. No obstante, las sucesivas Leyes de Quintas que desarrollaron ese principio (1821, 1837, 1856, 1862, 1878, 1882, 1885 y 1896), contemplaban que los mozos que entraran en quinta, podrían eludir el servicio militar mediante un pago en metálico o costeando a un sustituto.
Ya iniciada la Guerra del Rif, la Ley de 1912 redujo la duración del servicio activo de seis a tres años y, recogiendo el rechazo popular, suprimió la sustitución y la redención en metálico. Pero a cambio se creó la figura del soldado de cuota, que podía reducir el tiempo de servicio en filas a ocho meses, mediante el pago de una cuota de 1.000 pesetas, o a cinco meses, pagando 2.000 pesetas. El soldado de cuota debía, además, disponer de recursos para sufragarse alojamiento y sustento fuera del cuartel. A cambio podían elegir destino y quedaban exentos de servir en África. Es decir, que el Gobierno Liberal de Canalejas, pretendió congraciarse con las clases populares, pero sin perder los importantes ingresos que obtenía de las clases acomodadas por rescatar a sus vástagos del servicio a la Patria. Dicho en castizo, pretendió que tetas y sopas le cupieran en la boca. En conclusión, que tras mucha oratoria, prosopopeya y demagogia, siguieron siendo los hijos de los pobres los que nutrieron las filas del ejército que sembraba de cadáveres españoles el norte de África. Habría que esperar a la Ley de Reclutamiento de 1940, promulgada por un Gobierno de la dictadura franquista, para que desaparecieran por completo los privilegios y las posibilidades de escaqueo de los ricos. Actualmente, el Servicio Militar Obligatorio está suspendido por sendos Reales Decretos promulgados en 2001 por el Gobierno de José María Aznar. No está suprimido, porque la actual Constitución, en su artículo 30, establece que los españoles, por el simple hecho de serlo, tienen el deber de defender a España.
Ya desde que entró en vigor la primera Ley de Quintas y, desde luego, durante la Guerra del Rif, las familias ricas pagaron sin excepción. Las de clase media empeñaban todos sus bienes y firmaban préstamos bancarios a intereses abusivos, con frecuencia superiores al cincuenta por ciento TAE, para librar a sus hijos de un servicio militar en el que el porcentaje de bajas rondaba el cincuenta por ciento. Solo los pobres se veían obligados a nutrir las filas del ejército de reemplazo que combatía en aquellos inhóspitos y calcinados pedregales norteafricanos, que muchos describían como la antesala del infierno. Como sentenciaba una canción de quintos de la época: Si te toca te jodes / que te tienes que ir / que tu madre no tiene / para librarte a ti.
Esta posibilidad de pagar para no hacer el servicio militar, contribuyó en buena medida al empobrecimiento y progresiva desaparición de las clases medias españolas, lo que agudizó las tensiones sociales que desembocarían en la Guerra Civil… pero esa es otra historia.
Continuará…
Muchas gracias por esta explicación tan clara sobre el soldado de reemplazo y el de cuota. Yo sabía que Canalejas había suprimido la redención a metalico, pero no tenía claro porque iban solo los pobres a África. Ahora lo he comprendido.
Muchas gracias a usted por su comentario.
Hola, ¿segun mi famila mi abuelo Juan Gavira Santamaria estuvo en esta guerra, ¿donde puedo averiguar esto?, era natural de Carmona (sevilla).
Con seguridad consta en los archivos del ejército. Lo que no sé decirle es a que departamento o dependencia debe de dirigirse. Suerte en sus pesquisas.
Puedes consultar al Archivo Intermedio Militar de Ceuta, allí tienen documentación del Ejército de África.
Atribuye usted la Ley de Quintas de 1.912 al Gobierno Liberal de Sagasta. Don Práxedes Mateo Sagasta murió el año 1.902. ¿Por qué ese error tan abultado?. Perdón. Saludos.
Tiene usted razón. Donde dice Sagasta debe decir Canalejas. Gracias por el aviso, ya he corregido el desliz.
Segun mi familia mi abuelo, Sebastián Monzo Pitarch , estuvo en la batalla del Barranco del Lobo. Hay alguna forma de averuguarlo?
En los archivos del ejército seguro que consta. Un saludo.
leo con mucha emocion este dato que desconocia. Mi abuelo materno estuvo entre los que huyeron hacia América, no sabia que su condición social habia sido el determinante. donde se podria buscar mas informacion?
Es mucho lo que hay escrito sobre la guerra del Rif y sus prolegómenos. Para una información más específica, tal vez habría que acudir a las fuentes legislativas y a los archivos del ejército.
Mi abuelo estuvo cumpliendo el servicio militar sobre el 1912. Nació en Vigo en 1891. Me encantaría tener datos precisos sobre el tiempo que pasó allí. Me puedes dar alguna pista de dónde puedo buscar?
En los archivos militares y en las hemerotecas de las publicaciones de la época.
Un cordial saludo.
Buenos días.
He visto que en Pamplona existió una ESCUELA MILITAR de OSASUNA destinada a formar militarmente a los llamados SOLDADOS CUOTA.
Me gustaría saber si tienes noticia de este asunto. Lo harñia por obtener beneficios económicos, ¿no? Y la permisividad del Estado para crear este tipo de escuelas, ¿lo era tan flexible para todo el que quisiera crear este tipo de instituciones?
Muchas gracias y enhorabuena por el blog.
Víctor
Lo siento, pero de eso que me comenta no tengo noticia.
Hola. Hemos encontrado recientemente la cartilla militar de mi abuelo, perfectamente conservada, que estuvo en Melilla de 1919 a 1922. Aunque contiene datos precisos del primer año, los de 1921 (el verdadero «fregao») me resultan confusos y me gustaría encontrar más datos para concretar su aventura, confeccionar un pequeño reportaje, y enviárselo al resto de la familia. Agradecería contacto para enviarle copia y pueda valorar
Por supuesto. Me pongo en contacto con usted desde mi correo electrónico.