Mapa protectorado español 2

Tras su brillante y atrevido avance, Silvestre había ganado tanto territorio como todos sus antecesores en los últimos doce años. Siguiendo el modelo que los franceses habían implementado con éxito en su protectorado, usó la rapidez para anular la capacidad de respuesta de los rifeños. Sin embargo había extendido sus líneas mucho más de lo que le permitían las fuerzas con las que contaba, dejando la retaguardia insuficientemente protegida. Con toda probabilidad, si hubiera recibido el refuerzo de una división, incluso menos de una división, hubiera logrado culminar sus planes con éxito. Entre otras consideraciones, porque su enérgica acción militar le había granjeado tal prestigio entre los jefes de las cabilas que, conforme profundizaba más y más en su avance, eran éstos los que acudían a su campamento a rendirle pleitesía y a solicitar amistad y alianza. El éxito político del General era incuestionable.

Pero no hubo refuerzos, y los rifeños, en el momento en que se sienten más fuertes, dejan de estar amigos. El Alto Comisario Berenguer que disponía del triple de hombres que la Comandancia de Melilla, no quería ni oír hablar del asunto. Bastante tenía con los problemas que le planteaba El Raisuni para avanzar en su propia zona. En la metrópoli, los políticos de toda ideología, pugnaban por proclamar que ni un solo soldado más sería enviado a África. Era como pretender la cuadratura del círculo, querer hacer la tortilla sin romper los huevos… una insensatez evidente, pero ¡ay! era la moda del momento en materia de posturas políticamente correctas. annualprotectorado1¡Cuántas vidas se podían haber ahorrado con menos demagogia y más sentido común! Porque, no nos engañemos, a pesar de sus soflamas antibelicistas, todos ellos, de izquierdas, de derechas y mediopensionistas, entendían perfectamente la necesidad de mantener a toda costa, el control de esa franja norteafricana. Un terreno baldío e improductivo, poblado por feroces guerreros medievales, que solo nos acarreaba gastos y muertos, sí, pero también una zona de seguridad que salvaguardaba nuestra frontera sur. De haber abandonado el Rif, Francia no habría tardado ni diez minutos en ocuparlo y España habría quedado atenazada entre fuerzas militares francesas por el norte y por el sur, y éstas últimas mucho más fogueadas y operativas que aquellas. No se debía llegar a esa situación en ningún caso, pero menos aún, atisbándose ya en el horizonte una nueva guerra en Europa.

Sin refuerzos, otros jefes más sensatos habrían renunciado a culminar el plan de ocupación de Alhucemas o habrían moderado sus expectativas, pero no el bizarro general al que, durante toda su carrera militar, el atrevimiento y la bravura le habían conducido al éxito. Además y por desgracia, estaba sinceramente convencido de que su buena estrella lo protegía.

En enero de 1921 el general Silvestre realizó un desembarco, estableciendo la posición de Afrau en la costa.

El siguiente objetivo era alcanzar el río Amekrán. Para ello tenía dos opciones, la mejor era llegar por Hamuda, Tafersit y Tizi-Assa. La otra, la de Annual, se topaba con un profundo barranco muy difícil de salvar. Sin embargo esta fue la alternativa elegida por Silvestre. Como en tantas ocasiones anteriores, la política de contemporizar con los rifeños que se declaraban amigos, se impuso a las consideraciones estratégicas. En este caso fueron las peticiones de la cabila de Beni-Ulixek en cuyo territorio se encontraban, las que empujaron a Silvestre a elegir la peor opción.

El 17 de febrero de 1921, estableció su cuartel general en la posición de Annual, a pesar de las advertencias del comandante de Ingenieros Emilio Alzugaray y del coronel Riquelme, jefe del regimiento Ceriñola. Annual era prácticamente indefendible en caso de ataque. Estaba dominado por todas partes, había numerosos puntos elevados desde donde podía ser batido con fuego de fusil, y las defensas consistieron en unas meras obras de tierra.

El general Silvestre era un hombre impulsivo e intuitivo que se guiaba por la primera impresión que le causaban las personas. Los que le caían bien, podían contar con su favor y campechanía. En el trato era cordial y cercano. Inmediatamente pedía a sus colaboradores que le apearan el tratamiento y lo llamaran Manolo. Acostumbraba a escuchar con benevolencia las críticas y reparos de sus oficiales. Sin embargo, conseguir que cediera en un propósito o cambiara una decisión, era prácticamente imposible. Por tanto, en Annual se quedaron.

Inesperadamente en enero de 1921, los jefes de la cabila Tensamán se habían presentado ante Silvestre para ofrecerle su alianza a cambio de fusiles y municiones con los que hacer frente a sus vecinos, los feroces guerreros de la cabila Beni-Urriaguel. El general se los proporcionó. Los Beni-Urriaguel, mandados por la familia el-Jatabi cuyo cabeza era Abd el-Krim, eran la tribu más poderosa de la región y la que acaudillaba la insumisión contra la autoridad española. Dominaba la bahía de Alhucemas en la que el general Silvestre pretendía plantar sus reales.

En marzo envió desde Annual un contingente de tropas que se Annualdirigieron hacia la costa, vadearon el río Amekran y, el día 15, ocuparon la posición de Sidi-Dris junto a la desembocadura del río y ya en territorio Tensamán.

Desde Annual hasta Melilla median unos 135 kilómetros de distancia, pero había una pista que permitía la circulación de vehículos. Entre Annual y Sidi-Dris median solamente 13 kilómetros, pero no había camino. El plan de Silvestre consistía en construir una carretera paralela al río Amekrán que uniera ambos puntos. De ese modo Annual podría ser abastecida desde el mar con rapidez y comodidad. Sobre el papel el plan parecía excelente. El único problema fue que no dispusiera ni de los hombres necesarios ni de los medios materiales adecuados para llevarlo a cabo.


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